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Propósitos de la educación

Los propósitos de la educación

Rogers (en Milhollan y Forisha, 1977), menciona que la meta de la educación es educar al hombre. Considera que el hombre educado es aquel que ha aprendido a aprender; el que ha aprendido a adaptarse y a cambiar; el que ha caído en la cuenta de que ningún conocimiento es seguro, que sólo el proceso de buscar los conocimientos es lo que constituye la base de la seguridad.
El enfoque humanista intenta lograr una educación integral a través del desarrollo de la persona (autorrealización) y la educación de los procesos afectivos. Para Hamachek (1987) las metas de la educación son:
 Ayudar a desarrollar la singularidad de las personas.
 Apoyar para que los alumnos se reconozcan como seres humanos únicos y
 Contribuir para que los estudiantes desarrollen sus potencialidades.
Roberts (1987), menciona cinco objetivos educacionales:
 El crecimiento personal de los estudiantes (reflexión sobre la identidad).
 Fomentar la originalidad, la creatividad y la imaginación en los estudiantes.
 Promover experiencias de influencia recíproca interpersonal.
 Provocar sentimientos positivos hacia las asignaturas escolares.
 Inducir aprendizajes vinculando los aspectos cognitivos y vivenciales.
Según Rogers y Freiberg (1996), más que conseguir ciertos resultados o conductas preestablecidas, es necesario guiar para que los alumnos se aproximen a ciertas situaciones y experiencias de suyo valiosas para su crecimiento y para su formación pedagógica.
Concepciones del estudiante y del profesor.
Desde el humanismo los estudiantes son personas: individuales, únicas y diferentes; son personas con iniciativa, con necesidades personales de crecer, capaces de autodeterminación y con la potencialidad de desarrollar actividades y solucionar problemas creativamente (Rogers 1979); son personas que participan no sólo de manera cognitiva, sino con afectos, intereses y valores particulares: son personas totales (Kirschenbaum 1978).

El profesor, tiene la función de facilitar el aprendizaje. Esto sucede cuando el profesor es genuino, auténtico, honesto; cuando las relaciones con los estudiantes son encuentros personales directos; cuando el profesor es una persona sin fachada o máscara profesional; cuando no depende tan sólo de los programas de estudio, de los recursos pedagógicos; cuando no enjuicia, valora, juzga o inculpa a sus estudiantes. En fin, el profesor facilita el aprendizaje cuando acepta a los estudiantes como personas con valor, como individuos únicos; cuando los respeta y cuando les tiene confianza, cuando estima los sentimientos, las opiniones de sus estudiantes, cuando ayuda y apoya el aprendizaje.
Sin duda, planear las actividades es fundamental, usar estrategias de enseñanza es importante, el empleo de material pedagógico es indispensable, pero lo esencial desde el humanismo, son las cualidades de las actitudes en la relación del docente con sus estudiantes (Rogers (en Milhollan y Forisha, 1977). El profesor humanista se relaciona con los estudiantes, con respecto. 

procesos de enseñanza y de aprendizaje, de acuerdo con las potencialidades y necesidades individuales de los alumnos, para que de este modo, sea posible crear y fomentar un clima social básico que permita que la comunicación de la información académica y la emocional sea exitosa (Hamachek 1987).
Se concibe al profesor como un facilitador de la capacidad potencial de autorrealización de los alumnos. Sus esfuerzos didácticos se encaminan a lograr que las actividades de los alumnos sean autodirigidas; y entre otras características, fomentan el autoaprendizaje y la creatividad en los alumnos. A manera de síntesis, el profesor es una persona:
 Interesada en el alumno como persona total (Hamachek 1987).
 Abierta a nuevas opciones educativas (Carlos y Hernández 1993, Sebastián 1986).
 Que fomenta el espíritu cooperativo de sus alumnos (Sebastián 1986).
 Auténtica y genuina ante sus alumnos (Good y Brophy 1983, Sebastián 1986).
 Sensible a percepciones y sentimientos de los estudiantes (comprensión empática). Es una persona que muestra una actitud comprensiva (Good y Brophy 1983; Poeydomenge 1986).
 Que rechaza posturas autoritarias y egocéntricas, más bien, asume una actitud de no directividad (Rogers 1972, Sebastián 1986).
 Que pone a disposición de sus alumnos sus conocimientos y su experiencia; y da a entender que en cualquier momento pueden contar con él, porque está dispuesto a proporcionar todos los recursos de apoyo que están a su alcance (Rogers, 1972).
 Que intenta crear un clima de confianza en el aula (Poeydomenge 1986).

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