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Riesgos oculares en el trabajo

Estos riesgos pueden expresarse de distintas formas (Rey y Meyer
1981; Rey 1991): por la naturaleza del agente causal (agente
físico, agentes químicos, etc.), por la vía de penetración (córnea,
esclerótica, etc.), por la naturaleza de las lesiones (quemaduras,
equimosis, etc.), por la gravedad del trastorno (limitado a las
capas externas, con afectación de la retina, etc.) y por las circunstancias
del accidente (como sucede con cualquier lesión física);
estos elementos descriptivos son útiles para diseñar las medidas
preventivas. Aquí sólo se mencionarán las lesiones oculares y las
circunstancias que se encuentran con más frecuencia en los
informes estadísticos de las empresas aseguradoras. Conviene
señalar que los trabajadores pueden solicitar indemnizaciones por
la mayoría de las lesiones oculares.

Trastornos oculares causados por cuerpos extraños
Estos trastornos se observan sobre todo en torneros, pulidores,
trabajadores de fundiciones, caldereros, albañiles y canteros. Los
cuerpos extraños pueden ser sustancias inertes como la arena,
metales irritantes como el hierro y el plomo o materiales orgánicos
de origen animal o vegetal (polvos). Por ello, además de las
lesiones oculares, pueden producirse complicaciones como infecciones
e intoxicaciones si la cantidad de sustancia introducida en
el organismo es lo bastante grande. Las lesiones producidas por
cuerpos extraños serán más o menos discapacitantes dependiendo
de si afectan a las capas externas de ojo o penetran
profundamente en el bulbo ocular; el tratamiento, por tanto, será
muy diferente y a veces requiere el traslado inmediato de la
víctima a una clínica oftalmológica.
Quemaduras oculares
Diversos agentes producen quemaduras oculares: los fogonazos y
las llamas (en una explosión de gas); el metal fundido (la gravedad
de la lesión depende del punto de fusión: los metales que funden
a temperaturas más altas causan lesiones más graves); y las
lesiones químicas causadas, por ejemplo, por ácidos y bases
fuertes. Se producen también quemaduras por agua hirviendo,
quemaduras eléctricas y de otros muchos tipos.
Lesiones por aire comprimido
Este tipo de lesiones es muy frecuente. Intervienen dos fenómenos:
la fuerza del propio chorro (y los cuerpos extraños acelerados
por el flujo de aire) y la forma del chorro: cuanto menos
concentrado sea, menos lesión produce.
Trastornos oculares provocados por la radiación
Radiación ultravioleta (UV)

La fuente de los rayos ultravioleta puede ser el sol o cierto tipo de
lámparas. El grado de penetración en el ojo (y en consecuencia,
el peligro de la exposición) depende de la longitud de onda. La
Comisión Internacional de Iluminación ha definido tres zonas:
rayos UVC (280 a 100 nm), en la que los rayos se absorben a
nivel de la córnea y la conjuntiva; rayos UVB (315 a 280 nm),
que penetran más y alcanzan el segmento anterior del ojo; y los
rayos UVA

Se han descrito los efectos característicos de la exposición en
los soldadores, como queratoconjuntivitis aguda, fotooftalmía
crónica con disminución de la visión, etc. El soldador está sometido
a una cantidad considerable de luz visible y es muy importante
que proteja los ojos con los filtros adecuados. La ceguera
de la nieve es un trastorno muy doloroso que afecta a las
personas que trabajan en la montaña y debe evitarse protegiendo
los ojos con unas gafas de sol adecuadas.
Radiación infrarroja
Los rayos infrarrojos se sitúan entre los rayos visibles y las ondas
radioeléctricas más cortas. Comienzan, según la Comisión Internacional
de Iluminación, a 750 nm. Su penetración en el ojo
depende de su longitud de onda; los rayos infrarrojos de mayor
longitud pueden alcanzar el cristalino e incluso la retina. Su
efecto sobre el ojo se debe a su poder calorífico. El trastorno
característico se encuentra en las personas que soplan vidrio
enfrente de los hornos. Otros trabajadores, como los de los altos
hornos, sufren una irradiación térmica con diversos efectos
clínicos (como queratoconjuntivitis o engrosamiento membranoso
de la conjuntiva).
LASER (Light amplification by stimulated emission of
radiation; amplificación de la luz mediante emisión estimulada
de radiación)
La longitud de onda de la emisión depende del tipo de láser (luz
visible, ultravioleta e infrarroja). La cantidad de energía proyectada
es la que determina principalmente el nivel de peligrosidad.
Los rayos ultravioleta provocan lesiones inflamatorias; los
rayos infrarrojos pueden provocar lesiones calóricas; sin
embargo, el mayor riesgo es la destrucción del tejido retiniano
por el propio haz de rayos, que causa la pérdida de visión en el
área afectada.
Radiación de las pantallas catódicas
Todas las emisiones de las pantallas catódicas que se utilizan
habitualmente en las oficinas (rayos X, ultravioleta, infrarrojos y
de radio) son inferiores a los niveles autorizados internacionalmente.
No hay evidencia de que exista ninguna relación entre el
trabajo con las terminales de vídeo y la aparición de cataratas
(Rubino 1990)
Sustancias nocivas
Algunos disolventes, como los ésteres y los aldehídos (el formaldehído
se emplea con mucha frecuencia), producen irritación
ocular. Los ácidos inorgánicos, cuya acción corrosiva se conoce
bien, causan destrucción tisular y quemaduras químicas por
contacto. Los ácidos orgánicos son también peligrosos. Los alcoholes
son irritantes. La sosa cáustica, una base muy fuerte, es una
sustancia corrosiva potente que ataca a los ojos y a la piel. En la
lista de sustancias dañinas también se incluyen ciertos materiales
plásticos (Grant 1979), así como polvos alergénicos u otras sustancias
como maderas exóticas, plumas, etc.
Por último, las enfermedades infecciosas profesionales pueden
acompañarse de efectos oculares.
Gafas protectoras
Como las medidas de protección individual (gafas y máscaras)
pueden obstaculizar la visión (reducción de la agudeza visual por
pérdida de transparencia de las gafas a causa de la proyección de
cuerpos extraños; obstáculos en el campo visual como las piezas
laterales de las gafas), la higiene industrial también tiende a
utilizar otros medios como la extracción de polvo y de partículas
peligrosas del aire mediante la ventilación general.
Se acude con frecuencia al médico del trabajo para pedir
consejo sobre la calidad de las gafas adaptadas según el riesgo; la
elección se realizará se acuerdo con las normativas nacionales e
internacionales. Además, ahora se dispone de gafas de mejor
calidad, más eficaces y cómodas y de mejor aspecto estético.
En Estados Unidos, por ejemplo, es posible referirse a las
normas ANSI (en particular a la ANSI Z87. 1-1979), que tienen
el respaldo legal de la ley federal de salud y seguridad en el
trabajo (Fox 1973). La norma ISO nº 4007-1977 se refiere
también a los dispositivos protectores.
En Francia, el INRS de Nancy ofrece recomendaciones y
material de protección. En Suiza, la empresa nacional de
seguros CNA establece normas y procedimientos para extraer
cuerpos extraños en el lugar de trabajo. En las lesiones peligrosas,
es preferible enviar al trabajador lesionado al oftalmólogo
o a una clínica especializada.
Finalmente, las personas con patologías oculares pueden sufrir
más riesgo que otras; la discusión de este controvertido
problema se halla fuera del marco de este artículo. Como se
comentó previamente, el oftalmólogo debe conocer los peligros
que pueden encontrarse en el lugar de trabajo e investigarlos
cuidadosamente.
Conclusión
En el lugar de trabajo, la mayor parte de la información y de las
señales son de tipo visual, aunque también se utilizan las señales
acústicas; tampoco hay que olvidar la importancia de las señales
táctiles en el trabajo manual, así como en el trabajo administrativo
(por ejemplo, la velocidad de un teclado).
Nuestros conocimientos sobre el ojo y la visión provienen en
su mayor parte de dos fuentes: las médicas y las científicas. Para
el diagnóstico de los defectos y las enfermedades oculares se han
desarrollado técnicas que miden las funciones visuales; estos
procedimientos pueden no ser los más eficaces en salud laboral.
Las condiciones en que se realizan las exploraciones médicas
son, de hecho, muy distintas a las que se encuentran en el lugar
de trabajo; por ejemplo, para determinar la agudeza visual, el
oftalmólogo utilizará gráficos o instrumentos en los que el
contraste entre el objeto del ensayo y el fondo sea el máximo
posible, donde los contornos de los objetos de la prueba sean
nítidos, no se perciban fuentes de luz molestas, etc. En la vida
real, las condiciones de iluminación son con frecuencia deficientes
y la visión se fuerza durante horas.
Esto subraya la necesidad de utilizar aparatos de laboratorio e
instrumentos con un poder predictivo superior para determinar
la tensión y la fatiga visual en el lugar de trabajo.
Numerosos experimentos científicos citados en los libros de
texto se realizaron para lograr un mejor conocimiento teórico
del sistema visual, ya que se trata de un sistema muy complejo.
Las referencias de este artículo se han limitado a las que
presentan una utilidad directa en el área de la salud en el
trabajo.

Aunque los procesos patológicos pueden impedir que algunas
personas cumplan todos los requisitos visuales de un trabajo,
parece más seguro y justo, con la excepción de trabajos especiales
con normativas legales propias (aviación, por ejemplo),
dejar al oftalmólogo el poder de decisión, en vez de establecer
reglas generales, y esto es así en la mayoría de los países. Si se
desea más información, existen directrices sobre este tema.
Por otro lado, existen peligros para el ojo en la exposición a
diversos agentes nocivos de tipo químico o físico ya han comentado.
Se brevemente los peligros para el ojo en la industria.
Según los conocimientos científicos actuales, no hay ningún
peligro de cataratas por el hecho de trabajar con monitores de
representación visual.

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