Como un bloc de notas sobre el despacho en donde escribimos
nombres o números de teléfono que necesitamos recordar
brevemente, el cerebro también tiene un sistema para retener y
trabajar con pequeñas cantidades deinformación de una forma muy precisa. Lo utilizamos para
recordar un discurso o una frase el tiempo necesario para
interpretar el sentido de una conversación, para hacer cálculos
aritméticos y para recordar dónde y cuándo dejamos las llaves
hace un momento. La precisión es fundamental para el sistema,
un hecho que implica una capacidad y persistencia limitada. Se
dice que normalmente en la memoria de trabajo podemos
recordar 7±2 cosas; esa es la razón por la cual los números de
teléfono no tienen más de 7 ó 8 dígitos. Pero el recordarlos de
manera exacta es fundamental. Vosotros podéis comprobar la
capacidad y persistencia limitada de la memoria de trabajo en un
experimento muy sencillo que podéis llevar a cabo con vuestros
amigos.
Un sistema central ejecutivo controla el flujo de
información, ayudado por dos sistemas adicionales de
memoria. Hay un sistema de almacenamiento fonológico
junto con un bucle silencioso de prueba, la parte de
vuestro cerebro que utilizáis para deciros cosas a
vosotros mismos. Aunque leas palabras o números
visualmente, la información será transcrita en forma de
código fonológico y almacenada a corto plazo por este
sistema dual. También existe un block de notas visual
que puede almacenar imágenes de objetos el tiempo
necesario para ser manipuladas por la mente de vuestro
ojo.
La memoria de trabajo se encuentra mayoritariamente situada
en los lóbulos frontal y parietal. Estudios de proyección de
imagen cerebral (ver p. 41) usando PET y fMRI indican que las
partes auditivas de la memoria de trabajo
generalmente lateralizadas a la izquierda de los lóbulos frontal y parietal
donde interaccionan con las redes neuronales implicadas en el habla,
organización y establecimiento de decisiones. Éstas son actividades para
las cuales una buena memoria de trabajo es fundamental. El bloc de
notas visual se encuentra situado en el hemisferio derecho (ver la
ventana de Investigación Fronteriza al final del capítulo).
¿Cómo ha evolucionado la memoria de trabajo? Los animales, incluso los
mamíferos, probablemente no tengan el mismo sistema de memoria a
corto plazo que tenemos nosotros, y claramente, tampoco ayudó a los
primeros homínidos a memorizar números de teléfono. Diferentes
estudios con niños pequeños han demostrado la importancia de la
memoria a corto plazo para el aprendizaje del lenguaje, lo que sugiere
que este sistema de memoria ha evolucionado en paralelo con el habla.
La precisión que se requiere para recordar las palabras y su orden dentro
de una frase son fundamentales para comprender el significado exacto.
Memoria a largo plazo
La memoria a largo plazo se encuentra dividida en diferentes sistemas
que se distribuyen ampliamente a través de múltiples redes en el
cerebro. Las diferentes redes neuronales se encargan de distintas
funciones. A groso modo, la información entra por el sistema sensorial
y es procesada de manera especializada a través de diferentes vías.
Por ejemplo, la información visual pasa por una vía ventral desde la
corteza estriada hasta el lóbulo temporal medio, a través de una serie
de redes que se encargan de procesar la forma, el color, la densidad
del objeto, si el objeto es familiar o no, hasta que finalmente se
establece un tipo de memoria por el cual el objeto queda registrado y
se sabe cuándo y dónde ha sido observado.
Existen distintas formas de concebir toda esta serie de análisis. En
primer lugar, existen ciertas áreas dentro de la corteza visual que se
encargan de extraer la información perceptiva de lo que estamos
observando. Esta información se utiliza para almacenar y,
posteriormente, reconocer las cosas que nos rodean. Nuestra
capacidad para identificar personajes familiares en los periódicos,
tales como personalidades políticas, reflejan este sistema. Un
sistema íntimamente relacionado es el que conocemos como
memoria semántica (que constituye la gran mayoría del conocimiento
que albergamos sobre todo lo que hay y pasa en el mundo).
Sabemos que París es la capital de Francia, que el ADN codifica la
información genética, y otras muchas cosas. Una característica
importante es que todos los hechos están organizados en diferentes
categorías. Organizándose de forma ramificada como un árbol, lo
que es fundamental para la búsqueda y localización de hechos. Si la
memoria semántica se organizara de forma aleatoria tal y como la
gente ordena sus cosas en el ático de la casa, entonces sería
terriblemente complicado recordar cualquier cosa. Afortunadamente,
el cerebro organiza toda la información y la almacena en
diferentes categorías, lo cual junto con la ayuda de un buen
profesor nos ayuda a recordar todas las cosas que
aprendemos en el colegio. De hecho los buenos profesores
nos ayudan a crear este tipo de organización casi sin
esfuerzo.
Nosotros también somos capaces de desarrollar ciertas
habilidades y de adquirir sentimientos emocionales con
respecto a ciertas cosas. El saber que un piano es un piano
es una cosa, pero el ser capaz de tocar el piano es una cosa
completamente distinta. El saber montar en bicicleta es útil,
pero el reconocer que ciertas situaciones en la carretera son
peligrosas son igualmente importantes. Las diferentes
habilidades se aprenden gracias a la práctica, sin embargo, el
aprendizaje emocional es mucho más rápido. Habitualmente
tiene que ser muy rápido, especialmente cuando está
relacionado con las cosas que tenemos que temer. Ambos
procesos son procesos de aprendizaje condicionado. Existen
diferentes áreas cerebrales especializadas en este tipo de
aprendizaje: los ganglios basales y el cerebelo son
fundamentales para el aprendizaje de habilidades, mientras
que la amígdala está relacionada con el aprendizaje
emocional. Muchos animales aprenden ciertas habilidades, lo
que es fundamental para su supervivencia.
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