Los frenólogos pensaron que ellos podrían comprender el cerebro
gracias al análisis de los bultos en la superficie del cráneo. Aunque
en la actualidad esto parezca estar muy lejos de la realidad, su
ambición de intentar comprender el cerebro desde el exterior del
cráneo ha fascinado a muchos durante años. Ahora, lo podemos
hacer realmente, gracias a las nuevas técnicas de imagen cerebral.
Los scanners modernos utilizan una gran variedad de medios
proporcionándonos imágenes fantásticas de la estructura de
neuronas y proyecciones de fibras, flujo sanguíneo y metabolismo
energético del cerebro, así como cambios en la actividad neuronal
que se produce después de inducir diferentes cosas.
El camino hacia las técnicas
modernas
En los intentos de relacionar estructura con función, neurólogos y
neurofisiólogos han aprendido muchas cosas
gracias a correlacionar las singularidades de la mente o el
comportamiento con la medición de estructuras cerebrales en
estudios postmortem. Es así como las zonas cerebrales implicadas
en el lenguaje fueron descubiertas por Broca. Este tipo de análisis
han tenido muchos éxitos pero también tienen sus limitaciones. Uno
no puede asumir que la pérdida de una función específica, debido
al daño en una región cerebral, representa la función normal de esa
región. Por ejemplo, un déficit puede aparecer porque la
comunicación entre esa región y otras con las que se comunica se
haya bloqueado o desconectado. También es posible que regiones
que no están alteradas puedan hacerse cargo de alguna de las
funciones que lleva a cabo la zona dañada en condiciones
normales. En definitiva, existen muy pocas lesiones patológicas que
estén confinadas a una zona funcional específica. Además, siempre
transcurre mucho tiempo entre el estudio de un paciente cuando
está con vida y el posterior estudio del cerebro.
Las técnicas de imagen estructural del cerebro se empezaron a
desarrollar hace 30 años. El reciente desarrollo de los métodos de
proyección de imagen funcional por físicos médicos ha creado gran
interés. Esto nos permite, literalmente, mirar dentro del cerebro e
investigar el cerebro humano, a la vez que pensamos, aprendemos
o soñamos.
Cómo funciona todo
Las técnicas electrofisiológicas desarrolladas para monitorizar la
actividad neuronal se basan en los cambios del potencial de
membrana en las neuronas activadas. Las técnicas de scanning
cerebral monitorizan los cambios que aparecen en el metabolismo
energético requerido por las neuronas activadas.
Los gradientes electroquímicos que inducen el movimiento de los
iones adentro y fuera de las neuronas (base de la comunicación
sináptica y de los potenciales de acción) requieren energía. La fuente
de energía procede de la oxidación de glucosa. La glucosa y el
oxígeno son transportados al cerebro por medio de la circulación
cerebral. Por medio de esta conexión neurovascular, sabemos que
existe un aumento local en el flujo sanguíneo cerebral en las zonas
activadas. Estos cambios ocurren rápidamente. Las técnicas
modernas de neuroimagen miden estos cambios locales en el flujo
sanguíneo y los utilizan como un índice de actividad neuronal.
La primera técnica funcional que se desarrolló fue la llamada
Tomografía por Emisión de Positrones (PET). Este proceso implica la
inyección, en humanos, de trazadores radiactivos unidos a
compuestos con interés biológico (tales como drogas o fármacos que
se unen a los receptores de diferentes neurotransmisores). Grandes
anillos de detectores situados alrededor de la cabeza del paciente
registran la sincronización y posición de las partículas gamma
emitidas por los isótopos radioactivos que atraviesan el cerebro. El
PET se puede utilizar para la realización de mapas de cambios en el
flujo cerebral sanguíneo (CBF). Este tipo de medidas han permitido
localizar donde residen las funciones sensoriales, motoras y
cognitivas en el cerebro humano. Sin embargo, el PET tiene algunas
desventajas, la mayor de ellas es que requiere la inyección de
trazadores radioactivos. Lo que significa que mucha gente no puede
someterse a un PET scann, por ejemplo, niños y mujeres
embarazadas. En el mismo sentido, el número de medidas tomadas
durante el scann son limitadas.
Una técnica diferente que se ha desarrollado y no es invasiva ni usa
substancias radioactivas es la llamada Proyección de Imagen por
Resonancia Magnética (MRI).
Esto permite que cualquier persona, independientemente de su
edad pueda someterse a un scann. La MRI permite obtener
imágenes muy detalladas de la estructura cerebral, y
recientemente el desarrollo de la proyección de imagen por tensor
de difusión (DTI) ha permitido la obtención de imágenes
detalladas de las fibras de sustancia blanca que conectan las
distintas regiones cerebrales.
Una de las aplicaciones más excitantes de la tecnología de MRI
es el proporcionar imágenes funcionales del cerebro: esto es lo
que se llama Proyección de Imagen Funcional por Resonancia
Magnética (fMRI). Ésta se basa en las diferentes propiedades
magnéticas existentes entre oxihemoglobina y deoxihemoglobina
en sangre (por lo cual la señal que se obtiene en FMRI se llama
Señal Dependiente del Nivel de Oxigenación Sanguínea: BOLD).
Cuando la actividad neuronal aumenta se induce un aumento del
movimiento de iones que a su vez activan las bombas iónicas que
requieren energía, por lo que aparece un aumento del
metabolismo energético y del consumo de oxígeno. Todo esto
implica un aumento de deoxihemoglobina y una disminución de la
señal magnética. Sin embargo, el aumento en el consumo de
oxígeno va inmediatamente seguido (segundos) por un aumento
local del flujo cerebral. El aumento del flujo cerebral es mayor que
el aumento en consumo de oxigeno; por lo tanto, hay un aumento
relativo de oxihemoglobina y de intensidad de la señal. El
mecanismo exacto de cómo se produce este aumento de flujo
sanguíneo no está claro, pero parece ser que las responsables
serian ciertas señales relacionadas con neurotransmisores.
Ponerlo en marcha
Probablemente seáis muy buenos substrayendo números. ¿Pero
habéis probado alguna vez a substraer cerebros? No es de
extrañar, por tanto, que el niño en el dibujo esté confundido. El
substraer imágenes cerebrales en 2 y 3 dimensiones parece ser
fundamental para el análisis de los datos y/o resultados. La
mayoría de los estudios por MRI conlleva la medición de BOLD,
cuando la gente se encuentra realizando determinadas tareas de
forma controlada. Durante la realización de un scann, los sujetos
yacen dentro del anillo de imanes y sus respuestas
comportamentales a diferentes estímulos son monitorizadas. Se
pueden presentar una gran variedad de estímulos, tanto visuales,
proyectados en una pantalla para que el individuo los pueda ver o
auditivos por medio de auriculares.
También se pueden examinar otros fenómenos tales como la
percepción, el aprendizaje, los recuerdos, el pensamiento e incluso
la planificación. A menudo, se designan dos tareas teniendo que
realizarse una justo después de la otra. La idea es que la primera
tarea es la que implica el proceso en que el investigador está
interesado mientras que la otra no debería. La sucesión de
imágenes que se obtienen se substraen la una de las otras para
obtener una imagen en 2 dimensiones, con los cambios que están
específicamente asociados con el proceso cerebral realizado. Estas
imágenes son acumuladas y apiladas por el ordenador para crear
una substracción efectiva y proporcionar una imagen en 3
dimensiones (ver el dibujo de la página anterior). Los recientes
avances y descubrimientos hacen que incluso breves pensamientos
o cortos procesos cerebrales (tan cortos como uno o dos segundos)
puedan ser analizados. Esto es lo que se conoce como MRI
asociado a un proceso. Para determinar si los cambios en una
señal son reales y estadísticamente significativos durante la
realización de una tarea se utilizan sofisticados métodos de análisis
de datos. Un sistema de análisis que ha permitido estandarizar el
procesado de los datos obtenidos de las imágenes es el llamado
Mapeo parametrito estadístico (SPM). Los mapas SPM
normalmente son en color, en donde el amarillo intenso se usa para
las áreas de mayor actividad ("calientes") mientras que el azul y
negro indican áreas de menor actividad ("frías").
Los científicos que trabajan con las técnicas de imagen hablan de
áreas que se "encienden" cuando ciertas actividades se llevan a
cabo. Si una persona mira constantemente como cambia el patrón
de un tablero de damas, la activación se observará
fundamentalmente en la corteza visual primaria. La utilización de
patrones en movimiento o distintas combinaciones de colores así
como otros estímulos inteligentemente diseñados para activar las
diferentes áreas de la corteza visual nos ha dado muchísima
información sobre la organización del sistema visual. Estudios
similares se han llevado a cabo para el estudio de otros sistemas
sensoriales. Esta forma de pensar localizada también ha ayudado a
identificar las regiones del cerebro implicadas en los distintos
componentes de la lectura, tales como transformar las palabras que
visualizamos en el código fonológico, como agrupamos los fonemas
para obtener la palabra completa, el proceso de comprender el
significado de las palabras y demás. También se han estudiado las
tareas de aprendizaje, así como las zonas implicadas en la
percepción y anticipación del dolor.
Sin embargo a la vez que la investigación ha ido avanzando,
también han aparecido algunas sorpresas. Un ejemplo muy
temprano fue la incapacidad de visualizar el lóbulo temporal
activado regularmente durante tareas que implican memoria a largo
plazo.
percepción, el pensamiento y la acción. La persona del scanner ha sido expuesta a distintas
No obstante, nuevos paradigmas experimentales, incluyendo
realidad virtual, están actualmente revelando su actividad durante
los procesos de memoria junto con otras, tales como la corteza
prefrontal y el precuneous. Junto con los nuevos descubrimientos
neurofisiológicos y otras técnicas de proyección de imagen, esta
variedad de regiones cerebrales implicadas en la memoria nos ha
llevado a re-evaluar nuestra comprensión de los sistemas de
memoria del cerebro. También se están desarrollando nuevas
técnicas matemáticas para poder observar y comprender como la
actividad neuronal de diferentes regiones cerebrales interaccionan y
se correlacionan durante tareas complejas, es lo que se llama
conectividad eficaz. Esta medida nos permite ver como las áreas
del cerero trabajan como un equipo y no son sólo un punto caliente
funcional aislado. La esperanza radica en que estas nuevas
técnicas, con imanes de alta fuerza de campo dándonos imágenes
mucho más precisas, nos revelen la dinámica de las redes de
neuronas que se comunican entre ellas en el control de la
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